Si pensamos en cómo funciona una familia sin hijos ni hijas, otra con niños/as pequeños/as y una última con hijos/as adolescentes, es evidente que podemos encontrar importantes diferencias. De hecho, ninguna familia permanece siempre igual, sino que todas experimentan importantes modificaciones a lo largo del tiempo. ¿Qué provoca estos cambios en la familia?
- Cambios Personales de cada miembro de la familia. Así, conforme niños y niñas crecen y se convierten en adolescentes, la familia necesariamente cambia como conjunto. Igualmente, los cambios que experimentan la madre y el padre también modifican el sistema familiar. Algunas personas adultas experimentan entre los 40 y los 50 años una crisis personal que puede influir en las relaciones que se establecen con sus hijos e hijas; además, dicha crisis suele coincidir con la llegada a la adolescencia de sus hijos/as.
- Cambios en las relaciones que se establecen dentro de la familia. En concreto, las características de la relación entre los progenitores tienen repercusiones directas sobre la armonía y la evolución que experimente la familia. Junto a ella, las relaciones entre hermanos y hermanas y cada relación padre/madre-hijo/hija constituyen las otras relaciones que pueden provocar cambios en la familia.
- Acontecimientos vitales que afronta la familia. La mayoría de estos acontecimientos tienen que ver con sucesos impactantes. El momento más destacado es, probablemente, el nacimiento del primer hijo o hija, en el que pasa de ser pareja a ser, además, madre y padre. La separación o divorcio de los cónyuges, el fallecimiento de algún miembro de la familia, etc. serían otros acontecimientos importantes que afectan a la historia familiar.