APRENDER A ENSEÑAR DESDE EL
CEREBRO QUE APRENDE
Somos muchos los que llegamos
diariamente a la humanidad, podemos tener toda la vida plena
(capacidad) o tener una merma
de la misma por distintas circunstancias
(discapacidad).
Cuando esperas un hijo con toda
tú ilusión, las expectativas que deseas
para él suelen ser muy altas, son proyectos que tú idealizas. Te echan un jarro de agua fría, ya sea porque tu hijo
presenta secuelas por sufrimiento fetal,
complicaciones del embarazo, etc. Todo se viene abajo y hasta que asimilas y aceptas la nueva
situación y modificas tus idealizaciones, es un proceso largo y duro.
Habría que intentar potenciar
todas sus capacidades, a la vez que ellos aprenden a adaptarse al medio. Ya que
aunque la sociedad está cambiando
lentamente en la inserción de estas personas, todavía queda mucho trabajo
por realizar. Todo sería mas fácil si entendiéramos que es la sociedad la que tiene que estar construida
para acoger a una persona con discapacidad o a cualquier persona. Si nosotros
desde la educación creamos una sociedad en la que todo el mundo pudiera estar,
ellos no tendrían que luchar para estar, ni los padres luchar para que entren.
Los que tenemos la suerte de
trabajar con estos chicos nos enseñan día a día:
Que no existe un método de enseñanza superior a la capacidad de aprendizaje de la mente
humana.
Que cuando
la respuesta
que obtenemos no coincidan con las respuestas que deseamos no significa
que no razonen, sino simplemente que hay
discrepancia entre lo que deseamos y obtenemos.
Que cuando tenemos algo planteado y no llega a producirse
el aprendizaje deseado, no podemos decir que
el chico/a tiene dificultades, porque no escuchamos lo que queremos que digan,
hay que replantear el método que usamos.
Existen tres factores
fundamentales capaces de trasformar
cualquier realidad. El esfuerzo, la entrega y el amor que le
ponen a las cosas estas personas. Esos tres factores pueden cambiarlo todo.
También nos enseñan a escuchar y
a desdramatizar, ¿Porqué hacen lo que hacen o dicen lo que dicen?.
Nos
enseñan a callar, porque nuestro silencio da fuerza a su voz y sobre
todo no olvidar nunca “que da mas fuerza sentirse amado que sentirse fuerte”.
La familia es básica, tiene que
educar, no sobreproteger. Si la familia no confía y cree en ese hijo, todo lo
demás no va a dar sus frutos.
“Con los ojos con los que tú
mires a tu hijo, así lo va a mirar el mundo”.