La carta a los Reyes Magos.

 

Hace varios días que mi hija viene hablándome de los Reyes Magos, yo para intentar ayudarle en la decisión y muy acorde con mi profesión le doy un catálogo de una tienda educativa que me gusta… cariño, elige sólo 5 cosas, tres por cada rey mago y los otros dos por si no pueden traernos algo de eso… ella muy ilusionada coge un rotulador gordo y tranquilamente se pone a ver la revista… mama, ya he terminado… estupendo, luego lo veo.

Cuando se queda dormida cojo la revista y por supuesto había elegido cinco regalos… por página… ¡claro! ¿en qué estaba pensando?

Tras este suceso me he animado a escribir éste artículo. Por una parte para ayudarme a poner los pies en el suelo y por otro a ver si os animo a que lo hagáis vosotros también.

Debemos partir de que nuestros hijos e hijas están sometidos a un bombardeo publicitario en estas fechas, que le hacen sentirse confundidos y cambiar constantemente de opinión, dejándose llevar por lo que desean sus amigos/as.

Es importante que en éstas fechas nos paremos, a veces los padres y madres nos volvemos también un poco locos y cuando nos damos cuenta tenemos un montón de regalos que por supuesto le va a hacer muchíiisima ilusión a nuestros hijos e hijas las dos primeras semanas… después serán uno más… por lo que se juntan con un montón de cosas que no necesitan y no van a usar. Típica frase del día de Reyes..." Con todo lo que te han traído los Reyes Magos y tú no estás contento"

Entonces me planteo, ¿cómo puedo ayudar a mi hija a hacer una carta a los Reyes Magos responsable? Aquí os dejo algunas recomendaciones:

Saber qué y cuánto regalar a los niños en Navidad, también es una forma de educarlos. El número ideal sería entre 3 y 5 regalos repartidos entre toda la familia, así evitamos sobreestimularlos y que se sientan abrumados. Entre ellos animamos a que pidan:


- Dos regalos que deseen, avisándole que quizás no puedan venir los dos.

- Algo que necesiten (ropa, colores…)

- Un libro o cuento.

- Un regalo compartido por el resto de los miembros de la familia.


Y entonces llega el momento de redactar la carta… debemos:

1.   Poner límites. Explicarles a los pequeños que los Reyes Magos y Papá Noel, no pueden cargar con tantos regalos, que cada uno trae un regalo. Deben comprender que no es posible tener numerosos juguetes y que hay que priorizar según las preferencias que tengamos.

2.   Explicarles que quizás no reciban todo aquello que han pedido, ayudará a que aprendan a gestionar su frustración.

3.   Deben conocer que existe la posibilidad de que reciban algo que no han pedido. Recordad, el efecto sorpresa fomenta la ilusión y motivación.

4.    Ofrecedles opciones sobre los tipos de regalos que pueden pedir, según nuestras preferencias educativas.

5.    Incluir regalos para compartir. No todo tiene que ser de nivel individual, dadles la oportunidad de pedir algo que nos permita disfrutar y vivir experiencias juntos, como las entradas para algún espectáculo, la visita a museos o un viaje familiar, así como juegos que nos permitan disfrutar en familia.

6.    Y, por último, y no por ello menos importante, la decisión sobre qué regalo es el que más ilusión le hace, el que más le gusta. Nuestros pequeños tendrán que pensar y tomar decisiones sobre sus preferencias.

 

¿Qué tener en cuenta a la hora de regalar a los niños en Navidad?

Escoger regalos que representen los valores con los que queremos que nuestros hijos e hijas se identifiquen, los que fomenten su desarrollo evolutivo y eviten el sexismo, así como, regalos que nos permitan desarrollar la empatía, conocer nuestras emociones y gestionarlas, desarrollar su creatividad e imaginación, que fomenten sus habilidades sociales, que les enseñen a trabajar en equipo y favorezcan su movimiento y el juego al aire libre.

 


Y como esto no es fácil aquí os dejamos algunas recomendaciones según la edad de los pequeños:

 Si tu hijo es menor a 12 meses, lo más recomendable sería comprarle juguetes que permitan el tacto de diferentes texturas, colores y juguetes musicales. Para despertar sus sentidos y explorar el mundo en el que vivimos. Por ejemplo, encajables, bloques, aros, libros de tela, entre otros.

Entre 1 y 2 años los bebés establecen lazos de cariño y confianza por su desarrollo social y afectivo, es decir, la interacción con el otro se hace más necesaria. Es por ello podemos optar por juegos que permitan la manipulación y la construcción, muñecos, instrumentos musicales sencillos, pintura de dedos o torres que permitan apilar y encajar serían una buena opción navideña.

En la etapa de los 3 a 5 años, los niños comienzan a andar en triciclo, a cortar con tijeras, a vestirse y desvestirse solos, a recordar partes de los cuentos y cantar canciones. Con lo que se recomiendan los juguetes que estimulen la imaginación, la memoria y las habilidades manuales. Así, juguetes como bicicletas o triciclos, juegos de cocina, juegos que representen diferentes escenarios (granja, colegio, la selva), disfraces, pizarras, serán los que mejor potencien su desarrollo y la diversión estará asegurada a la vez que aprenden. Además, son muy adecuados los juegos que requieren normas y otros jugadores con el fin de desarrollar razonamientos mentales.

A partir de los 6 años, comienza un periodo de su vida en el que van ganando más independencia y adquiriendo el sentido de la responsabilidad, están en total desarrollo las habilidades cognitivas, además de las afectivas y sociales. Por lo que podemos apostar por juegos de mesa, de estrategia, memoria o lógica. Serán un acierto seguro.

Una vez cumplidos los 10 u 11 años, los niños se sienten mayores y solicitan actividades que les hagan sentir así. Un libro, soporte para escuchar su música favorita, juegos de experimentos relacionados con la ciencia y la tecnología, actividades de aventura, conciertos…

 

No obstante, para acertar sobre qué regalar a los niños en Navidad no podemos olvidar que…

¡El mejor juguete para tu hijo/a siempre serás tú, tu tiempo, tu compañía, tu atención y tu afecto!

Conociendo las adicciones, ¿qué entendemos por adicción?

¿Qué nos viene a la mente cuando pensamos en adicciones?





Hace una semana fui a un colegio y les planteé hablar sobre adicciones, la respuesta del profesorado fue que los niños eran muy pequeños para hablarle de alcohol, tabaco, marihuana... ¿estáis de acuerdo?

A continuación les pedí que entendiésemos las adicciones desde una perspectiva más amplia, les expliqué que existen adicciones con sustancias y las adicciones sin sustancias o comportamentales. 

Las adicciones con sustancias son el alcohol, el tabaco, la marihuana, la cocaína, la heroína, las pastillas de síntesis ... y también las pastillas para dormir, el pegamento, los ansiolíticos...

Las adicciones sin  sustancias incluye la adicción a las compras, a la comida, al sexo, al trabajo, a los juegos, a los videojuegos, a las redes sociales...

Tras ésta aclaración les pareció muy interesante mi propuesta ya que observaban que los niños/as de quinto y sexto curso pasaban mucho tiempo con el móvil y jugando al Fortnite. 
Aún así les expliqué que nunca es demasiado pronto para prevenir las adicciones, siempre que adaptemos nuestro vocabulario y acciones a la persona que tenemos delante.

Cuando es un niño la prevención de las adicciones consiste en identificar lo que puede generar adicción y ofrecerles alternativas a ellas (juegos de mesa, pasar buenos momentos con ellos, identificar las emociones, desarrollar la creatividad, desarrollar las habilidades sociales y emocionales...). 
¿Cómo se hace esto? Pasando tiempo de calidad con ellos, responsabilizarnos de los problemas que surjan y buscar soluciones, apuntarlos a talleres (pintura, baile, kárate, música... lo que le guste), llevarle al parque, al campo, enseñarle los buenos hábitos de alimentación y la importancia de una vida sana, ayudarle a resolver los conflictos con los demás y nunca hablarle mal ni a él ni de los demás, siempre empatizar nosotros con otros niños/as, madres/padres, profesores...

Ante los adolescentes la prevención sigue siendo lo mismo pero si contamos que el nivel de conflictos en casa aumenta, debemos invertir energía en reducir la conflictividad, empatizar con el/ella, generar alternativas, desarrollar un ocio sano, en definitiva, que se encuentre a gusto en casa y no quiera estar siempre fuera.

¿Te preocupa tu hijo/a? ¿Piensas que puede tener alguna adicción? Consúltanos y lo valoraremos.

 

HÁBITOS Y RUTINAS


Dentro de unos días comienza el curso escolar. A veces este comienzo es fácil ya que hay niños que quieren volver al cole, pero en otros casos, se hace dificultoso porque no quieren levantarse temprano, no quieren ir al colegio…... Durante el verano se han cambiado los hábitos y las rutinas que se tenían implantadas, estas han sido más flexibles, diferentes y con algo de menos responsabilidad. Esto provoca, en algunos casos, más dificultad para volver a una rutina o hábitos menos flexibles, más exigente en tiempo y con más responsabilidad.

Queremos con esta nueva entrada en blog daros consejos de cómo establecer con éxitos los hábitos y rutinas.

Los niños deben tener una referencia de cómo desarrollar correctamente los hábitos y las rutinas que se le pide. Además, según María Montessori, se van a ir desarrollando, haciendo uso adecuado de los materiales y al mismo tiempo adquiriendo destrezas en sus movimientos, en su control y en su voluntad.

Al crear hábitos y rutinas, se aumenta la autonomía de los niños y por lo tanto se favorece la autoestima.

Aspectos que ayuda a desarrollar con éxito los hábitos y rutinas:

  •   Intentar seguir siempre el mismo orden en las acciones de los hábitos. Por ejemplo: jugar y luego recoger los juguetes.                                                                                                                          
  •  Ser constantes. Es importante mantener el orden y cumplirlo.                                                              
  •  Con un hábito o rutina podemos anticiparnos a lo que va a pasar antes de empezar, conocer lo que va a durar, lo que vendrá después.


Es importante para establecerlos correctamente:

  •        Permitir que los niños y niñas empleen el tiempo oportuno en su realización.                                                                 
  •      Los castigos y amenazas pueden funcionar a corto plazo, pero no benefician el desarrollo de los niños.                     
  •        Los adultos no pueden mostrar hábitos diferentes de los que se pretende inculcar.

ESTRATEGIAS PARA REGULAR LA EMOCIÓN

En terapia tanto padres como  adolescentes nos preguntan cómo descargar la emoción o cómo gestionarla. En algunos casos no saben identificar la emoción y aún menos regularla, y en otros casos identifican la emoción pero no saben qué hacer con ella. Por lo que es importante proporcionarle estrategias que le ayuden a regularlas.

Y, ¿Cuáles son algunas estrategias?

  • 1   Expresar verbal y adecuadamente lo que sentimos.

         Al realizarlo nos ayuda a:

ü Dar salida a la tensión generada por la emoción.

ü Tomar distancia y entender que tú no eres la emoción que te daña.

ü Tomar mayor conciencia y compresión de tus emociones.

ü Entender mejor tu proceso emocional e identificar posibles distorsiones.

ü Buscar soluciones.

ü Obtener la compresión y el apoyo de los que te rodean.

ü Mejorar el ambiente de una situación.

ü Resolver el conflicto.

 

          Cómo comunicar de forma saludable las emociones:

ü Expresar la emoción en primera persona: “yo me siento…”

ü Decir la emoción concreta: “Estoy enfadado…” “Estoy  frustrado…”

ü Expresar la causa, el hecho (sin juzgar), las conductas (no las intenciones) que provocan la emoción.

ü Comunicar lo que necesitas: “necesito que me escuches”

ü Pedir lo que quieres que cambia la otra persona: ¿podrías hablarme sin levantar la voz?

ü Solicitar ayuda a los demás: “estoy triste, ¿podríamos hablar?”

ü Importante cuidar la comunicación no verbal como tono, expresión de la cara, gestos……

 

  • 2   Acción

   Cuando sentimos una emoción desagradable la tendencia es quedarnos sin energía, sin     ganas de hacer nada.

  Lo importante es vencer esa inercia que nos paraliza. Y, ¿cómo lo conseguimos? Hay     que identificar las cosas nos gusta hacer y realizarlas para así generar emociones       agradables.

 

Os proponemos unos hábitos emocionalmente inteligentes y saludables:

ü Dedicar 5 minutos al día a sentir y sentirte, realizando una relajación, practicando respiraciones profundas.

ü Conectar con emociones positivas.

ü Definir y visualizar una motivación para el día.

ü Organizar tu tiempo.

ü Prestar atención a tus pensamientos.

ü Realizar deporte o algún ejercicio físico.

ü Hacer actividades que te gustan. (leer, escuchar música...)

ü Compartir actividades con otras personas: quedar con amigos, familia.


 

 


 




INTELIGENCIA EMOCIONAL

 

En la mayoría de los casos se comenta y se valora más la inteligencia enfocada a funciones intelectuales como comprender, asociar, memorizar…y se olvida las emociones, y con ello la existencia de la Inteligencia emocional.

A consulta nos llegan muchos niños/as y adolescentes que no conocen la cantidad de emociones que existen y/o no son conscientes de ellas y por lo tanto no saben cómo gestionarlas. En los adolescentes, en ocasiones, se les une la exigencia de que deberían por edad saber gestionar, produciendo más frustración y enfado.

 

Las emociones son imprescindibles para el desarrollo de las personas, ya que son una parte importante del proceso cognitivo. Nuestros comportamientos y nuestras motivaciones responden más a aspectos emocionales que cognitivos, por ello, es tarea fundamental desarrollar y favorecer en los niños y adolescentes la inteligencia emocional.                                               Según Goleman, la Inteligencia Emocional es  la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás

 

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Cuando desarrollamos la inteligencia emocional de un niño y/o un adolescente mejoramos:

 *Autoconocimiento y con ello su autoconcepto, autoestima y autorrealizacion.

*Autorregulación, por lo que le ayudamos a gestionar adecuadamente las emociones.

*Automotivación, trabajamos la orientación al logro y el compromiso.

*Conciencia Social, y con ello, se favorece la empatía.

*Habilidades sociales, dando herramientas para una adecuada gestión de las relaciones, comunicación e influencia.