En
la mayoría de los casos se comenta y se valora más la inteligencia enfocada a
funciones intelectuales como comprender, asociar, memorizar…y se olvida las
emociones, y con ello la existencia de la Inteligencia emocional.
A
consulta nos llegan muchos niños/as y adolescentes que no conocen la cantidad
de emociones que existen y/o no son conscientes de ellas y por lo tanto no
saben cómo gestionarlas. En los adolescentes, en ocasiones, se les une la exigencia
de que deberían por edad saber gestionar, produciendo más frustración y enfado.
Las emociones son imprescindibles para el desarrollo de las personas, ya que son una parte importante del proceso cognitivo. Nuestros comportamientos y nuestras motivaciones responden más a aspectos emocionales que cognitivos, por ello, es tarea fundamental desarrollar y favorecer en los niños y adolescentes la inteligencia emocional. Según Goleman, la Inteligencia Emocional es la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlo y compartirlos con los demás
.
Cuando
desarrollamos la inteligencia emocional de un niño y/o un adolescente mejoramos:
*Autoconocimiento y con ello su
autoconcepto, autoestima y autorrealizacion.
*Autorregulación,
por lo que le ayudamos a gestionar adecuadamente las emociones.
*Automotivación,
trabajamos la orientación al logro y el compromiso.
*Conciencia
Social, y con ello, se favorece la empatía.
*Habilidades
sociales, dando herramientas para una adecuada gestión de las relaciones, comunicación
e influencia.