Hace una semana fui a un colegio y les planteé hablar sobre adicciones, la respuesta del profesorado fue que los niños eran muy pequeños para hablarle de alcohol, tabaco, marihuana... ¿estáis de acuerdo?
A continuación les pedí que entendiésemos las adicciones desde una perspectiva más amplia, les expliqué que existen adicciones con sustancias y las adicciones sin sustancias o comportamentales.
Las adicciones con sustancias son el alcohol, el tabaco, la marihuana, la cocaína, la heroína, las pastillas de síntesis ... y también las pastillas para dormir, el pegamento, los ansiolíticos...
Las adicciones sin sustancias incluye la adicción a las compras, a la comida, al sexo, al trabajo, a los juegos, a los videojuegos, a las redes sociales...
Tras ésta aclaración les pareció muy interesante mi propuesta ya que observaban que los niños/as de quinto y sexto curso pasaban mucho tiempo con el móvil y jugando al Fortnite.
Aún así les expliqué que nunca es demasiado pronto para prevenir las adicciones, siempre que adaptemos nuestro vocabulario y acciones a la persona que tenemos delante.
Cuando es un niño la prevención de las adicciones consiste en identificar lo que puede generar adicción y ofrecerles alternativas a ellas (juegos de mesa, pasar buenos momentos con ellos, identificar las emociones, desarrollar la creatividad, desarrollar las habilidades sociales y emocionales...).
¿Cómo se hace esto? Pasando tiempo de calidad con ellos, responsabilizarnos de los problemas que surjan y buscar soluciones, apuntarlos a talleres (pintura, baile, kárate, música... lo que le guste), llevarle al parque, al campo, enseñarle los buenos hábitos de alimentación y la importancia de una vida sana, ayudarle a resolver los conflictos con los demás y nunca hablarle mal ni a él ni de los demás, siempre empatizar nosotros con otros niños/as, madres/padres, profesores...
Ante los adolescentes la prevención sigue siendo lo mismo pero si contamos que el nivel de conflictos en casa aumenta, debemos invertir energía en reducir la conflictividad, empatizar con el/ella, generar alternativas, desarrollar un ocio sano, en definitiva, que se encuentre a gusto en casa y no quiera estar siempre fuera.
¿Te preocupa tu hijo/a? ¿Piensas que puede tener alguna adicción? Consúltanos y lo valoraremos.