En los últimos meses son muchos los niños, niñas y adolescentes que nos están llegando a consulta con ansiedad... ansiedad ante los exámenes, ansiedad para ir al colegio o al instituto, ansiedad al salir a la calle...ansiedad al relacionarse ... ansiedad por la comida... ansiedad y no sabe por qué...
¿Qué está pasando últimamente? ¿será una de las consecuencias derivada por las restricciónes que está sufriendo la sociedad ante el Covid-19?
Niños y niñas sin poder ir a los parques, sin celebrar sus cumpleaños, clases online, mascarillas mínimo seis horas al día, semanas de confinamiento, padres y madres trabajando en casa con los menores, madres y padres con sobrecarga laboral y familiar, normas de casa flexibilizadas, adolescentes que no pueden celebrar sus 18 cumpleaños, que no pueden celebrar el fin de año, que no pueden quedar con grandes grupos, clases online un día sí y otro no, horas frente al ordenador, tiempos abusivos de videojuegos, móviles y televisión, sensación de libertad coartada,...
Pero, ¿qué es la ansiedad?
La ansiedad es una reacción humana natural que afecta a la mente y al cuerpo. Tiene una importante función básica de supervivencia: sistema de alarma que se activa cuando una persona percibe un peligro o una amenaza.
Cuando el cuerpo y la mente reaccionan al peligro o la amenaza, una persona siente sensaciones físicas de ansiedad: aceleración del ritmo cardíaco y respiratorio, tensión muscular, las palmas de las manos sudan, malestar en el estómago y temblor en las manos y las piernas.
Estas sensaciones son parte de la respuesta del
cuerpo de "huir o luchar". Están provocadas por un aumento de la
producción de adrenalina y otras sustancias químicas que preparan al
cuerpo para escapar rápidamente del peligro. Pueden presentarse como
síntomas leves o extremos.
Sentir ansiedad es normal.
Todo el mundo experimenta sentimientos de ansiedad de vez en cuando. La ansiedad puede describirse como un sentimiento de inquietud, nerviosismo, preocupación, temor o pánico por lo que está a punto de ocurrir o puede ocurrir.
Es natural que ante situaciones nuevas, desconocidas o que suponen un desafío se produzcan sentimientos de ansiedad y nerviosismo.
Como la ansiedad hace que una persona se ponga en alerta, se concentre y se prepare para enfrentar posibles problemas, la ansiedad puede ayudarnos a hacerlo lo mejor posible en situaciones que requieren nuestra actuación. Pero la ansiedad que es demasiado fuerte puede impedir que demos lo mejor de nosotros. Demasiada ansiedad puede hacer que una persona se sienta abrumada, cohibida e incapaz de hacer lo que necesita hacer.
La ansiedad se puede volver un problema cuando...
Es demasiado constante o demasiado
intensa, y aparecen síntomas:
1. Físicos muy intensos: taquicardia, temblores, mareos, dificultad para respirar, sudoración, náuseas.
2. Gran malestar emocional: miedos intensos y limitantes, preocupaciones excesivas, negativismo constante, irritabilidad. En menores suele estar también asociado problemas de conducta, evitación de situaciones y disminución del rendimiento escolar.