ALGO MÁS
QUE MASCOTAS
Cada vez hay más estudios que
muestran que la interacción de los humanos con las mascotas reduce el
estrés, la ansiedad, la depresión,
alivia la soledad, fomenta la realización de ejercicio físico y mejora la salud
en general.
Los animales sienten emociones de
alegría, tristeza, dolor placer, añoranza, miedo, seguridad y todos los demás
sentimientos que nosotros solemos sentir. En la naturaleza hay ejemplos muy
interesantes sobre la diversidad de sentimientos y emociones que manifiestan
los animales. Por ejemplo, la orca es uno de los animales más inteligentes, y es
considerado científicamente el animal más inteligente emocionalmente, incluso
más que el hombre. El quokka, un marsupial que vive en Australia, es el animal
más feliz, siempre está sonriendo. Mientras que el Tejón de la miel es el
animal más agresivo y el rinoceronte negro adulto prefiere estar en solitario,
ya que tiene poca tolerancia a otros animales.
Muchos estudios evidencian que tener una mascota en el hogar es positivo ya que promueve la conciencia, reduce el riesgo de ansiedad y depresión, ya que puede disminuir el estrés y la sensación de soledad, mejorar la salud del corazón, e incluso, ayudar a los niños en sus Habilidades Emocionales y Sociales.
La interacción de las mascotas con sus dueños aumenta los niveles de oxitocina, además de reducir el cortisol (hormona del estrés). También el juego con nuestras mascotas favorece la producción de serotonina y dopamina, importantes neurotransmisores que regulan el estado de ánimo.
Muchas mascotas, principalmente
perros, gatos, caballos, conejos o delfines, se utilizan con éxito en terapia de apoyo en consulta. La psicóloga
y formadora de terapeutas en la línea
Gestal, Loretta Cornejo (nació en Perú 1953) hace uso de animales domésticos en la terapia, y
afirma que en estas últimas décadas ha habido un importante incremento de la utilización de mascotas con fines terapeúticos. Las
terapias asistidas por animales sirven para tratar diversos problemas, así como
trastornos de conducta como la hiperactividad o patologías del espectro autista
y también acompañan y ayudan a superar algunos problemas emocionales o
psicológicos, como la fobia, los episodios de estrés o la depresión. El apoyo a
estos pacientes es imprescindible para garantizar su bien estar emocional y
psicológico y los animales con su simple presencia, ayudan a conseguir
mejora importantes. Una de las mascotas más utilizadas en terapias psicológicas
son los perros. Curiosamente, los perros no requieren ningún entrenamiento
específico y pueden obtener un certificado de apoyo emocional cumpliendo unas
normas básicas de convivencia y si tienen buena conexión con las personas.
Por el contrario los perros de asistencia son
entrenados ( a veces durante años) para ayudar a personas con algún trastorno o
discapacidad, como por ejemplo los perros de respuesta médica que detectan
ataques de epilepsia o bajadas de azúcar, o los perros lazarillos.
En fin, tener un animal en
nuestras vidas es tener la presencia de un ser que no nos va a juzgar