En estas fechas navideñas los protagonistas
son los niños y niñas. Ellos son los que mantienen la ilusión y la alegría al
disfrutar de cada actividad, cada evento,
cada regalo. Los padres y madres,
junto a la familia extensa, se centran en qué regalar, qué quieren sus hijos/as,
qué le hace más feliz, intentan que no le falte nada de lo que piden, sin darse
cuenta qué consecuencias tiene colmarlos de muchísimos regalos.
Por ello, es importante hablar del concepto de “niño/a
hiperregalado” o “síndrome del niño/a hiperregalado”. Es una tendencia que se desarrolla más
frecuentemente en el siglo XXI. Se refiere al mal hábito de los padres, al que
se une en muchas ocasiones la familia extensa, de llenar de regalos a sus hijos,
posiblemente para suplir el hecho de no pasar tiempo con ellos o por querer
darle todo lo que desean.
Las consecuencias de este hábito son muy negativas:
- Se forman niños caprichosos, con falta de ilusión e interés.
- No valoran correctamente las cosas que tienen y se vuelven materialistas.
- Son niños con baja tolerancia a la frustración.
- Sobreestimulación.
- Se impide el desarrollo de la imaginación.
- La calidad del juego es peor.
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Es importante destacar que el
juego es una necesidad básica para un buen desarrollo afectivo y social,
cognitivo y motor.
Al principio los niños/as juegan
de forma individual y va evolucionando hacia formas más sociales, primero con
los padres y luego con otros niños. En el
juego se implican las emociones, las primeras interacciones sociales. Toman
conciencia de seguir unas normas, de respetar a la otros niños/as.
Al jugar se pone en
funcionamiento la capacidad de representación y se desarrolla el pensamiento.
Aprenden a resolver conflictos y favorece la comunicación. Además, se
desarrolla el área motriz como la coordinación viso-motora, la motricidad
gruesa y fina.
Podemos concluir que el juego es muy importante en los niños
y niñas y hay que fomentarlo.
Y muy importante,
también, es el papel de los padres en él. Dedicarle tiempo a jugar con ellos
sin interferir en el juego solo seguirlo, es lo que más desean, para ello hay
que crear un espacio de juego en casa y elegir adecuadamente los juguetes.
Por estas razones, es vital evitar que nuestros hijos/as se convierta en niños hiperregalados. ¿Cómo hacerlo?
Teniendo claro la regla de menos, es más. Cuantos menos juguetes tenga su concentración será mejor y se mantendrá más tiempo jugando. Para ello una opción sería en estas fechas pensar en cuatro regalos:
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Cuento o libro según la edad. Para los más
pequeños hay cuentos sensoriales, táctiles o con sonidos que estimulan mucho.
Para los que ya saben leer un libro adecuado a su edad y que le guste.
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Ropa o accesoria que puedan usar.
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Algo que realmente necesiten, puede ser escolar
o de algún deporte o actividad que realicen.
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Algo que hayan pedido y que deseen. Aquí podemos
incluir algún juguete o regalar
experiencias en familia como un viaje, o un sitio que desea ir, en definitiva,
una experiencia compartida con la familia y donde se le dedique tiempo real.
Todo ello favorecerá:
- La atención y la calidad del juego.
- Su concentración será mejor.
- Sentirán más ilusión e interés.
- Valoraran más las cosas que tienen.
Podemos aconsejar para evitar la sobreestimulación, si en las fechas próximas reciben muchos juguetes:
- Llegar a un acuerdo los padres primero y luego pedir a la familia de que regalen menos. Una opción es que hagan entre varios miembros un regalo en común y de esta manera evitamos tantos regalos.
- En el día a día, cada semana elegir 2 o 3 juguetes para darle a vuestros hijos/as e ir cambiándolos cada semana o cada 15 días.
- Enseñar a los niños/as a que pidan de forma moderada y lo que realmente necesitan.